Hace poco hemos hablado del tema de testamentos. Hoy tocaremos un tema un poco más delicado. Es un tema real, que no podemos evadir o dejar que nos pille por sorpresa si estamos en un país distinto al nuestro.
En el caso de España, mandar los restos de una persona a su país de origen puede llegar a convertirse en una pesadilla y en algo muy costoso.
La muerte casi siempre nos pilla por sorpresa, pero pillarnos fuera de casa y en condiciones extremas puede ser lo peor. Por eso el gobierno de España y Europa en general acepta nuevos residentes con un SEGURO DE VIDA Y REPATRIACION DE RESTOS. Previendo que el Estado no desea hacerse cargo de estos trámites y costes.
Esto es algo que debemos tener muy presente, mantener vigente este seguro en caso de que quisiéramos volver a casa después de la muerte. Por experiencia se los comentamos, los accidentes ocurren y por desgracia no sabemos cuándo o cómo llegarán. Estar previstos para estos nos ayudará bastante y sobre todo a nuestros seres queridos que no tendrán que afrontar trámites y costes extras ante una eventualidad.
Existe también la modalidad de la cremación, muy de moda en España dados los altos costes de la sepultura. También es posible trasladar las cenizas de un familiar de regreso a casa, o que vengan por las nuestras. Se deben llenar varios formularios de las autoridades sanitarias del país de origen y el país de destino, pagar unas tasas simbólicas y listo. Es una muy buena alternativa. Sin embargo existen países que aún no contemplan este proceso dentro de su cultura a los muertos y desean enterrarlos como siempre.
Sea cual sea el caso que se nos presente, recomendamos siempre TENER VIGENTE EL SEGURO DE VIDA Y DE REPATRIACIÓN DE RESTOS mientras seamos residentes. En caso de obtener la nacionalidad ya tenemos derecho a un registro de panteones locales a los que podemos acudir en caso necesario, siempre y cuando se paguen las altísimas tasas que esto representa.