Una nueva tendencia en las redes sociales es compartir material erótico. Pero materia hecho por los mismos usuarios, no pornografía comercial, sino material propio de las personas que deciden hacerlo.
Luego este material navega por las redes y pueden llegar a provocar grandes escándalos y sobre todo problemas legales.
El problema al que nos enfrentamos desde un punto de vista jurídico puede ser visto desde muchos aspectos. En primer lugar la persona que realizo el material tenia voluntad expresa de hacerlo y no fue sometida bajo ninguna circunstancia. De ser así ya es otro tema de extorsión y trato de blancas muy distinto. También cabe mencionar la edad de la persona. Este es un aspecto muy delicado si se trata de menores de edad.
SI la persona hace el material y lo pasa a un tercero, ¿esto lo hace bajo su consentimiento o bajo presión? Este es otro punto importante a conocer. Si es bajo presión ya sabemos que hablamos de un delito, si es por voluntad propia poco podemos hacer.
Pero el problema real está cuando la tercera persona difunde el material a otros más, casi siempre en redes sociales. Este es el caos. Por que si una persona da bajo su voluntad material acepta la posibilidad de que este material se propague y se haga público. Con las consecuencias morales que esto implica.
Un juez puede castigar a la persona que lo propago, pero ésta podrá alegar que fue la interesada la de la idea de hacerlo así. Total, esto se convierte en un mar de alegatos y discusiones que solo nos harán perder tiempo y dinero. Mientras la moral y reputación de nuestra primer persona puede estar en los suelos.
Nuestro sugerencia más extrema, que nos ahorrará infinidad de problemas, es: NO HACER NADA DE ESTE TIPO DE MATERIALES. No hagamos nada de lo que después nos podamos arrepentir. La intimidad debemos cuidarla siempre, es un activo muy valioso para nosotros como personas y que un mal uso o un mal trato puede convertirla en la peor pesadilla de nuestras vidas.