Para saber la rentabilidad de un negocio o poder llegar a obtenerla debemos controlar muy bien los costes. Ahí está el secreto.
Bajar un punto porcentual en los costes equivale a un 10% de incremento en ventas. Siempre dependiendo del sector, claro. Pero por lógica sabemos que es más fácil un punto que 10. Apretarnos más un poco, equivale a tener que trabajar un extra significativo.
Esto a groso modo, claro que cada negocio tiene sus variantes y sus pormenores. Pero queremos ejemplificar la importancia de los costes en un negocio. TODO debe estar contabilizado e imputado, es decir, ANOTADO y ASIGNADO: Debemos saber exactamente todo lo que gastamos y en que destinamos ese gasto, por que en el futuro, cuando tengamos un negocio mucho más grande, hayamos crecido escalonadamente y simplemente hagamos la declaración de impuestos, debemos saber por qué si vamos a pagar y por que no.
En que ganamos y en que perdemos, en donde están las fugas de dinero, por donde estamos dejando de ganar. Eso es muy importante. Existen costes ocultos que nos harán mucho daño contablemente, tonterías como sacar fotocopias de más, tomar cafés entre reuniones o hacer llamadas fuera de la tarifa plana. Todo esto que suena absurdo, al hacerlo constantemente y por cada uno de nuestros empleados, puede significar mucho dinero que dejamos de ganar.
Se critica a los empresarios por ser tan agarrados y macanas, cuando seamos autónomos y tengamos esa visión de empresarios veremos por qué tenemos que adoptar esta actitud, es cambiar la perspectiva. Todo lo que desperdiciemos es lo que dejamos de ganar.